martes, 10 de diciembre de 2013

Passenger - Golden Leaves

"Calcinada hasta la dermis"

Mientras sonaban las melancólicas cuerdas de un violín, la ventana pintaba nubes grises, hendía la ventisca fría que intentaba cicatrizar las lágrimas que derramaban las paredes de la habitación. Una gota tras otra gota, puertas de madera astillada golpeaban los marcos con sonido descortés; atajaban su paz.

El inquietante ritmo de sus latidos era cada vez más impetuoso. Ella no resistía la congoja de su tórax, que batallaba sin cesación por dejar salir al corazón. Quería huir de aquel lugar, su cárcel. Planeaba minuciosamente su  fuga y en cada intento allí estaba él; cerrando las puertas, asegurando los ventanales, reforzando el portalón, cambiando cerrojos y asegurándose de que solo fueran ellos dos. 

No había dudas, él la quería presa de su piel, de su erudita y ardiente manera de amarla. No era amor, pero la tenía, era suya, verla temblar era su mayor deleite. Ella resolvió extirpar su corazón para inhumarlo y salir en su búsqueda una vez consiguiera redimirse de su yugo. Pero, cada vez que le miraba a los ojos, era tanta su devoción y la manía por ser poseída, dejar que sus manos la arroparan, que olvidó su plan de fuga y se cobijaba sobre su complexión, una y otra vez. Y se halló a sí misma por dos centenares de años.   
                                                                                                              

 Virginia Suero  

lunes, 9 de diciembre de 2013

#Nneka #Confession

“Alma sumergida” (Por: Virginia Suero)


Un café negro cargado de sentimientos secuestrados, era lo que ella tenía por alma. Le resultaba tan fácil ahogarse en su tinta negra, mezclada con lágrimas que nacían de la negación. No, no y no...No es amor, es un espejismo, no lo acepto, no es lo que deseo, no mueve mi mundo...no me entristece y me protege. No puede ser para mí. 

Una y otra vez culpaba a su karma, pero se presentó esa sombra que, por décadas, permanecía alejada y sin deseos de volver. Lo encontró en un recóndito lugar, lejos de la civilización, entre montañas oscuras. Era media noche. Tenía esa intensa, oscura y penetrante mirada que le permitía ver con claridad que solo allí moraba la compañía sincera que anhelaba. 

Él sostuvo sus manos, las estrechó y exclamó angustiado: - ¡Aquí estoy! ¿No ves que lo único que deseo es borrar de tu memoria el dolor, la desesperanza, la desconfianza? Confía, se puede. Y si aquél verdugo, incapaz de ver la paz en tu ser, la supremacía de tus sentimientos, tu deseo de serle fiel, de acompañarle, yo estaré contigo a cambio de nada. Ese infame al que le regalas tu cuerpo en espera de amor, que tira de tus huesos y tu piel cual viejo sombrero que encontró dentro de un viejo y mugroso baúl.  ¿Todo eso por amor? ¿Abandonarte por amor? ¿Aun así lo amas? ¿A eso le llamas amar? 

-Suelta esa almohada, abandona las sábanas, sal de la cama. No temas, lo único que quiero tocar de ti es el corazón, tus pensamientos y que  tu sublime y sensual voz solo sepan pronunciar mi nombre. Déjame ser ese que borre tu pasado y que diseñe tu futuro. ¡Ayúdate, ayúdame! ¡Abre los ojos, por favor despierta! No quiero luchar solo, levántate de esa cama, habla, camina, regala esa vieja sonrisa a tu mundo, a tu familia, ellos te esperan en casa, con fe. Tiene fe en mi, vine a rescatarte de tus sombras.

De no aceptar mis peticiones, cambiaría mi libertad para dártela y la vivas intensamente. Estas paredes blancas, cercadas por rejas de acero, serán mi morada y así podrás caminar en medio de las vías, sin rumbo, pero libre de ese hombre que te mantiene esclava de su pasión, del fuego de su piel ¡Ya no soporto ver tus manos atadas, ni el llanto que corre por tus mejillas sin que se escuche siquiera un sollozo!

Descalza, con los brazos y los ojos ensangrentados, se levantó del piso y miró al espejo. Un grito ahogado salió de su boca y con la lengua entumecida solo balbuceaba: -duele, duele, se marchó. Extendió sus manos, miró alrededor, se aseguró de estar a solas. Estaba vacía de tanto llorar y vio cómo su alma se despidió y nadaba entre las lágrimas que dejó en el piso.

Desde ese momento renunció a su ser para volver a nacer. Solo conservaba el viejo vestido gris, destruido y manchado por todas las noches, que en su angustiosa soledad, solía desgarrar con su airada necesidad de compañía. 

Virginia Suero                                                                                                                


viernes, 13 de septiembre de 2013

Lucia- Silence (Lucia Maria Popescu: cantante de pop soul, rumana, 19 años de edad).

¿En qué me metí?

Esta es la primera entrada de mi blog. Para ser totalmente honesta, no sé exactamente en qué pensaba cuando me decidí a escribir públicamente. Estoy consciente del gran riesgo que corro, ya que pudiera ocurrir una de dos cosas: que lo lean y les guste o todo lo contrario. 

Jamás he sido de aquellas personas temerosas de asumir el control y tomar decisiones. Es por esto que les explico el detonante o motivo que me llevó a "meterme en este lío" de escribir un blog, herramienta que, en estos días, no está de moda. 

Movida quizás por asuntos de índole personal, sentimental, kármica, muchas situaciones y experiencias superadas, me sentí impotente luego de leer tantos libros, buscar respuestas entre amigos, observar el comportamiento humano y emplear una mínima parte de mi coeficiente intelectual para terminar concluyendo que todos, en cierto momento de nuestras vidas y sin excepciones, actuamos en respuesta a las circunstancias que vivimos y desconocemos quiénes somos en realidad, también es mi caso. Hay que armarse de gran coraje para iniciar, a estas alturas, un proceso de descubrimiento interno que se supone debe cumplirse a cabalidad durante la infancia, adolescencia hasta la adultez temprana. Precisamente eso es lo que haremos en este espacio.

A las mujeres nos quita el sueño tratar de descifrar qué piensa un hombre, por qué actúa de tal o cual manera, por qué son infieles y un largo etcétera. En cambio los hombres, solo por instantes, intentan descifrar cuáles son las intenciones ocultas o las reacciones posteriores de una mujer cuando afirma "todo está bien", aún a sabiendas de que no es real. Un día se cansan y continúan existiendo. Sobre todo esto, existe una única verdad: no hay motivo alguno para gastarnos tiempo, esfuerzo, neuronas, energía en "suponer" lo que otro ser humano quiere, aspira, desea, piensa o dirá. Concentremos nuestras fuerzas en vivir segundo a segundo, descubrir que: hablar con claridad nos evita disgustos, además de ser un derecho, también es nuestro deber. Todos habitamos en el mismo planeta con un mismo propósito: buscar la felicidad. Que algunos utilicen los medios correctos y otros quieran responsabilizar a alguien más de lo que le corresponde a sí mismo...cada cual con lo suyo. En fin, no crearse expectativas es la clave, aprender a desprendernos de nuestras falsas creencias, de los estereotipos y no juzgar a nadie. Recuerden que todos tenemos una condición de vida y estamos aquí para superarnos a nosotros mismos. Nada, ni nadie es responsable de nuestra felicidad. 

Todo esto lo aprendí tras un arduo trabajo de observación-experimentación junto a un gran amigo y consejero, con quien comparto una afinidad mística. Porque es tanta la confianza, la libertad, la seguridad, su paciencia para explicar las cosas, sus recomendaciones, consejos y el tiempo que le he hecho gastar. He crecido desde que lo conozco, que por momentos es como si me hablara a mí misma frente a un espejo. Pareciera que nos conocemos de otra vida...aunque sí, estoy plenamente segura de que nuestra conexión traspasa las barreras de otras existencias. 

Hay cosas en la vida que son incomprensibles, solo nos queda vivirlas y extraer de ellas infinita sabiduría y regocijo, sin importar la naturaleza de las mismas.